sábado, 25 de noviembre de 2023

Crónica del viaje a Belgrado (final)

El miércoles fue el día que nos despedíamos. Nos levantamos temprano (bueno, como siempre), fuimos a desayunar, y luego habíamos quedado con Aleks en una cafetería cerca de Crveni krst para despedirnos. De allí fuimos al centro, porque en el último momento decidí comprar el libraco gordo, y fuimos al hotel a terminar de hacer las maletas y hacer el check-out.

Una vez hecho el check-out, nos dirigimos a Mercator para comprar las cosas que nos queríamos llevar a casa: dulces, una mermelada de ciruela muy rica (pekmez) y Pau quería comprar rakija para su padre, pero no vimos allí ninguna que mereciera la pena, todo eran botellas grandes (y muy caras). Como ese día nos habíamos sacado el bono diario del autobús, a la vuelta nos paramos delante del Palacio de Serbia, un bonito edificio socialista donde estaba el Consejo Ejecutivo Federal de Yugoslavia, antes de proseguir el camino al hotel.

Otras letras de pueblo, pero estas dicen Ја волим Србију, que significa "me gusta Serbia" o "quiero a Serbia".

Dejamos nuestras compras en el hotel y buscamos algún sitio de comer en el centro. Nos decidimos por un lugar llamado Mihailo, que parecía bastante orientado a turistas, aunque todo lo orientado a turistas que puede estar en una ciudad que apenas tiene turistas. Comimos de nuevo comida tradicional, aunque esta vez no nos llenamos tanto; después de la comida fuimos a comprar unas bolas de masa rellenas, llamadas gomboc (también llamadas knedle) que nos había recomendado Aleks, y que hay de diferentes sabores, aunque la tradicional es la de ciruela.

Los gomboc: los dos de arriba son los dos tradicionales de ciruela; los de abajo son uno de pistacho y el otro de chocolate y cereza.

Poco más quedaba por hacer; al final no fuimos a cambiar dinero, porque apenas llegábamos a 5 euros en dinares y contamos con volver, así que los gastaremos. Dado que los autobuses de línea iban abarrotados al aeropuerto, decidimos ir en VTC, lo cual nos salió a un precio bastante razonable (no llegó a 18 euros), incluso pasando por un atasco a la salida de la ciudad.

El vuelo de vuelta, con Wizz Air, no tuvo nada reseñable, salvo que se cargaron mi maleta y aún estoy esperando respuesta a la reclamación que les puse.

En definitiva, espero que os haya gustado tanto la crónica como a nosotros el viaje. Vratićemo se!

Волимо Србију!


2 comentarios:

APMB dijo...

Les knedel em recorden molt a les Knödel alemanya, igual ve d'ací. M'ha agrada:t molt la teua crònica.

Dani �� Дани dijo...

Em pense que sí que estan relacionats, almenys la paraula, i la massa és molt semblant. Ho hauré de mirar.

Gràcies a tu :* m'he inspirat en les cròniques dels teus viatges per a escriure la meua!