Sé que es pronto para estas cosas y que las adaptaciones requieren de varios días o incluso semanas, pero voy por la calle incómodo por el tema del idioma, algo que jamás me había pasado en Alemania, por ejemplo. Muy incómodo. Hoy he salido con los auriculares puestos para ver si oía alguna emisora de la tierra y me iba haciendo al oído...
De todos modos me ha servido para darme cuenta de lo fuertes que son las experiencias adquiridas... llevaba dos años sin hablar en alemán con nadie, y hoy me ha ocurrido lo siguiente:
- Dependiente: pour ça il faut aller à Jean Jaurès [para eso hay que ir a Jean Jaurès].
- Yo: ...... il faut ... was??? [hay que... (en alemán) ¿qué?]
Eso, unido a que ayer también arranqué a hablarle a la del taxi en alemán, me hace pensar si es que mi chip de "lengua extranjera" está puesto en alemán siempre, o qué.
Por no mentar que cuando por fin consigo poner el chip en francés tengo que tener cuidado para no soltar palabras catalanas, como le he hecho hoy a la de la panadería pidiéndole un "suc d'orange". ¿Quién dijo que saber idiomas es bueno?
Desde hace 20 años hablo aquí de mi vida y reflexiones, de idiomas, de Eurovisión... es mi blog personal, así que si no me conoces, probablemente no te interese lo que escribo. (Si me conoces, es posible que tampoco).
martes, 29 de junio de 2010
lunes, 28 de junio de 2010
12 horas
12 horas llevo en la ciudad occitana de Tolosa de Languedoc, más comúnmente conocida por su nombre francés, Toulouse. Y aunque gran parte de ese tiempo lo he pasado durmiendo, ya he salido a la calle y tengo algunas primeras impresiones que compartir.
Lo primero es que es una ciudad excesivamente húmeda. Este calor húmedo es del que te hace sudar. Después de dos años viviendo en Sevilla, donde te da el sol y sólo te agobia pero no sudas, porque no hay humedad, y toda una vida en Cádiz, donde el calor es húmedo pero el incesante viento lo alivia, esta sensación se me hace un tanto incómoda. A este paso voy a acabar sudando todas las camisetas antes de lo previsto.
Las panaderías-pastelerías (más centradas en pan y bocadillos que en dulces) están por todas partes. No he probado todavía nada de lo que venden, pero lo haré pronto.
Siempre pensé que París era caro, pero no me imaginaba que Francia entera lo era. Lo es, ciertamente. Esta mañana he ido a Carrefour (siempre nos quedará Carrefour), donde los productos Carrefour tienen un precio razonable pero los de marcas conocidas son MUY, MUY caros. La diferencia es abismal, más del doble y a veces del triple.
No he paseado mucho, mañana me acercaré al centro y eso; hoy sólo he estado por una avenida que me recuerda a la Ronda Histórica de Sevilla, pero con árboles grandes. Es de destacar que la gente tiene la costumbre de cruzar por los pasos de cebra, sí, pero cuando están en rojo para los peatones, en lugar de esperar el verde. En un par de ocasiones me he sentido gilipollas esperando el verde cuando toda la gente que llegaba a mi lado cruzaba como si no hubiera un mañana.
Hay más cosas que destacar, como lo moderna que va vestida la gente (sobre todo de 50 años en adelante), pero ya lo dejaré en alguna otra entrada.
Lo primero es que es una ciudad excesivamente húmeda. Este calor húmedo es del que te hace sudar. Después de dos años viviendo en Sevilla, donde te da el sol y sólo te agobia pero no sudas, porque no hay humedad, y toda una vida en Cádiz, donde el calor es húmedo pero el incesante viento lo alivia, esta sensación se me hace un tanto incómoda. A este paso voy a acabar sudando todas las camisetas antes de lo previsto.
Las panaderías-pastelerías (más centradas en pan y bocadillos que en dulces) están por todas partes. No he probado todavía nada de lo que venden, pero lo haré pronto.
Siempre pensé que París era caro, pero no me imaginaba que Francia entera lo era. Lo es, ciertamente. Esta mañana he ido a Carrefour (siempre nos quedará Carrefour), donde los productos Carrefour tienen un precio razonable pero los de marcas conocidas son MUY, MUY caros. La diferencia es abismal, más del doble y a veces del triple.
No he paseado mucho, mañana me acercaré al centro y eso; hoy sólo he estado por una avenida que me recuerda a la Ronda Histórica de Sevilla, pero con árboles grandes. Es de destacar que la gente tiene la costumbre de cruzar por los pasos de cebra, sí, pero cuando están en rojo para los peatones, en lugar de esperar el verde. En un par de ocasiones me he sentido gilipollas esperando el verde cuando toda la gente que llegaba a mi lado cruzaba como si no hubiera un mañana.
Hay más cosas que destacar, como lo moderna que va vestida la gente (sobre todo de 50 años en adelante), pero ya lo dejaré en alguna otra entrada.
lunes, 14 de junio de 2010
Novedades
Hace tiempo que tenía que haber escrito, pero no lo he hecho. Disculpadme.
Podía haber hablado de que al final ganó Eurovisión mi favorita, Alemania. Fue increíble, en mis 16 años de seguidor de Eurovisión nunca había ganado mi favorita. Además es Alemania. Fue una gran alegría.
Podía haber hablado de que el día 5 hice un año con el hombre al que más quiero, es mucho más de lo que había durado con nadie, y con vistas a seguir adelante.
Podía haber hablado también de la Feria de Alcalá, que fue la semana pasada.
Hoy actualizo para deciros que a finales de mes me mandan dos semanas a Toulouse.
Y aunque sólo son dos semanas y todo el mundo me dice que no es nada, yo lo veo ahora mismo como el fin de mi vida. Allí no sólo voy a estar solo y sin saber el idioma, sino que además voy a pasarme entre 52 y 64 horas a la semana en un trabajo que aborrezco. Además en una época que quería pasar en Andalucía.
Ya estoy deseando que llegue el 11 de julio para estar de vuelta.
Podía haber hablado de que al final ganó Eurovisión mi favorita, Alemania. Fue increíble, en mis 16 años de seguidor de Eurovisión nunca había ganado mi favorita. Además es Alemania. Fue una gran alegría.
Podía haber hablado de que el día 5 hice un año con el hombre al que más quiero, es mucho más de lo que había durado con nadie, y con vistas a seguir adelante.
Podía haber hablado también de la Feria de Alcalá, que fue la semana pasada.
Hoy actualizo para deciros que a finales de mes me mandan dos semanas a Toulouse.
Y aunque sólo son dos semanas y todo el mundo me dice que no es nada, yo lo veo ahora mismo como el fin de mi vida. Allí no sólo voy a estar solo y sin saber el idioma, sino que además voy a pasarme entre 52 y 64 horas a la semana en un trabajo que aborrezco. Además en una época que quería pasar en Andalucía.
Ya estoy deseando que llegue el 11 de julio para estar de vuelta.
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