Como andaluz interesado por mi país y como aficionado a los idiomas, una de mis pasiones es el estudio del andaluz, entendido andaluz como lo que hablamos los andaluces. No me corto en llamarlo lengua andaluza, porque lo es. Lo que hablamos los andaluces tiene que ser una lengua, ¿no? Todo el mundo habla alguna lengua. Que sea o no sea la misma que el castellano, ya eso da para discutir mucho.
Y estos días me ha dado por leer más sobre nuestra lengua, aunque no haya mucho escrito sobre ella. Los estudios que se han hecho del andaluz son pocos, superficiales y llenos de tópicos y errores. Errores causados casi siempre por el mismo motivo: la falta de referente interior para nuestra lengua. Parece que todo lo hiciéramos mirando a Castilla, reflejándonos en cómo lo hacen en Castilla. Y eso, en el tema lingüístico, es un gran fallo.
No nos hace falta mirar cómo hablan en Castilla para definir cómo hablamos nosotros; si esto o aquello lo decimos igual o diferente que ellos. Primero, porque nosotros ya hablábamos una lengua latina cuando en Castilla todavía hablaban íbero o celtíbero. Tendremos más razones que ellos para organizar nuestra lengua latina independientemente, digo yo. Y segundo, porque es un derecho de los hablantes de todas las lenguas; cualquier lengua puede describirse a sí misma sin necesitar guiarse por otra.
Como bien dice el señor Moreno Cabrera, catedrático de lingüística en la UAM, es una equivocación pensar en las lenguas habladas como si fueran variedades de las escritas. Más bien funciona al revés: la lengua escrita es una adaptación a la escritura de una determinada variedad de la lengua hablada. Y si pensáis en eso, es natural: la lengua hablada nunca ha dejado de evolucionar; la escrita se ha codificado en un momento del pasado y hace falta ir actualizándola. La lengua hablada está viva, la escrita está fija. Y por este motivo, la escritura siempre irá por detrás del habla.
Es una lástima que tanta gente andaluza se haya creído lo que nos han hecho creer desde Castilla. La gente se ha ido creyendo que nosotros hablamos mal, o de manera diferente por lo menos, el castellano original, es decir, el escrito. No tiene sentido. Si recordáis cuando erais pequeños y aprendisteis a hablar lo entenderéis, no hemos aprendido a hablar con un libro. No nos han puesto la frase escrita por delante y hemos empezado a pronunciarla ‘a nuestra manera’. Hemos aprendido a hablar de nuestros padres, abuelos y vecinos. Ellos hablaban así porque así lo aprendieron de sus padres, abuelos y vecinos, y sucesivamente. La lengua escrita, como mucho, puede ser un modelo al que –quien quiera- puede acercarse, pero nunca un modelo original del que nos hemos alejado.
Volviendo a lo que quería comentar, estoy leyendo mucho sobre el andaluz –bueno, mucho relativamente a lo que hay escrito y disponible online, que no es mucho-. Me parece que tenemos una lengua muy interesante, incluso fascinante, de la que todavía se ha estudiado muy poco. No he visto aún, por ejemplo, a ningún autor comentar que tenemos la costumbre de pronunciar las –n finales de palabra con un punto de articulación velar. No he visto tampoco que ningún autor hable del parecido con el francés por la desaparición de los morfemas de número en andaluz occidental (en el oriental se da un fenómeno genial de modificación vocálica), o por la nivelación de las formas verbales de las tres primeras personas, que empieza a hacer necesaria la utilización del pronombre en sitios como Cádiz.
Me ha gustado mucho saber que la Sociedad para el Estudio del Andaluz (ZEA) sigue funcionando y haciendo las jornadas bieniales sobre el andaluz. He leído textos de los principales impulsores de esta Sociedad y me gusta que hagan un trabajo tan minucioso y riguroso. Ya seguiré leyendo y viendo qué cosas nuevas descubro de mi lengua.
Y acordaos, no os avergoncéis nunca de lo que habláis. Todas las lenguas y variedades lingüísticas son interesantes y singulares… por muy vulgares que os quieran decir que son.
En la siguiente entrada hablaré de si creo que el andaluz se debería escribir con la escritura castellana, y si creo que son la misma lengua. Bueno, eso si no cambio de opinión de aquí a que la escriba, jajaja.
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