(Este post originalmente se quedó en borradores porque no me gustaba. En febrero de 2016 lo releí y decidí publicarlo.)
Lo primero, alguien me ha aconsejado, y tiene razón, que impida a los anónimos escribir comentarios. Lo siento porque es darle demasiada importancia al infeliz que vino ayer a mi blog a criticarme por lo que yo había escrito en otro lugar, en lugar de responder allí. En fin. Por lo pronto, ahora para comentar habrá que estar registrado en Google o en OpenID.
Y como bien sabe mi querido amigo Quique, las Girls Aloud son muy sabias y conocen la vida como nadie. Ya cantaban en Deadlines and diets ese verso tan real, I'm cool until reality hits me in the face. Y es que la realidad tiene que pegarte en la cara de vez en cuando porque si no, el universo no está equilibrado. La cuestión es estar cool el resto del tiempo.
Claro que todo es cuestión de resignación, pero si anteayer no quería pensar con más de diez días de antelación, hoy no quiero pensar en mañana. Será por eso que aún no me he ido a dormir.
Para dar alguna buena noticia, hoy he firmado la prórroga de mi contrato por seis meses más. Tiene gracia que esto sea una buena noticia.
Y me he comprado un móvil pijísimo, que me encanta pero no necesito. Así luego van diciéndome que de comunista tengo poco. Pero no soy responsable de que la gente no tenga ni idea de lo que dice.
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