miércoles, 22 de noviembre de 2023

Crónica del viaje a Belgrado (2ª parte)

Después de la visita a la Feria del Libro, volvimos caminando al centro, descansamos un poco en el hotel, y quedamos con mi amigo Aleks (al que conocía de Twitter e Instagram y desvirtualicé ese día) y su novio Đole. Primero estuvimos tomando algo en un pub de ambiente que daba la casualidad de que estaba frente al hotel, y allí nos propusieron si queríamos ir a una fiesta de Halloween en una sala cerca del río, a lo cual aceptamos. La música de la fiesta no era ninguna maravilla, mucha que yo no conocía y alguna de Rihanna, Christina Aguilera y artistas del momento. Posteriormente, Đole se fue a casa y Aleks nos llevó a una discoteca gay donde ponían turbofolk y música de Eurovisión y del PZE. Aquí sí que disfruté con la música, de la cual por cierto conocía mucho más que en la otra :D Angellina, Sara Jo, Filip Baloš... y la artista del momento, Jelena Karleuša. Nos gustó mucho el ambiente en la discoteca, no veías a gente muy borracha ni muy pasada y en general había muy buen rollo. Después de un rato allí, nos volvimos al hotel y fuimos a dormir, eran ya casi las 3 (que serían las 2, porque esa noche cambiaban la hora) y ya era demasiado para nosotros.

El domingo empezamos la visita turística por Knez Mihailova y el Kalemegdan, una zona verde bastante grande en un promontorio junto al río. Allí encontramos varios monumentos, como la fortaleza de la ciudad, y unas vistas impresionantes sobre los dos ríos que cruzan Belgrado.

La fortaleza detrás de unos dinosaurios, que suponemos que son parte de la fauna local de Belgrado

En primer término el río Sava, y de fondo el Danubio. Esa masa verde es la Gran Isla de la Guerra (Veliko ratno ostrvo).

Vista de Novi Beograd desde el Kalemegdan.

Desde ahí dimos un paseo por la parte vieja de la ciudad. Pasamos por delante de la Asamblea Nacional (Narodna skupština) y de un edificio grande de Correos, y luego fuimos a la Iglesia de San Marcos, junto al antiguo edificio de la RTS, bombardeado por la OTAN con 17 trabajadores dentro a los que asesinaron. A ellos los recuerda un memorial que hay al lado, una placa de mármol con sus nombres y coronada por la palabra ЗАШТО? (¿por qué?).

La Asamblea Nacional. Народна скупштина.

El edificio central de Correos. Главна пошта Србије.

El edificio de la RTS bombardeado por la OTAN en 1999.

El memorial con los nombres de los trabajadores asesinados por la OTAN con la palabra ЗАШТО? (¿Por qué?)

Después pasamos por Slavija, una gran plaza con una glorieta en su centro donde no hay nada turístico pero todos los residentes pasan por ahí a menudo; por algún desconocido motivo, el ayuntamiento ha colocado ahí (y no en otro lugar más turístico) las famosas letras de pueblo que ahora hay en todos los lugares para que los turistas se hagan fotos. Para nosotros era lugar de paso antes de llegar a la Catedral de San Sava. Es un templo enorme y muy bonito; muy lujoso por dentro (como suele ocurrir en las iglesias). Era mi primera vez en un templo ortodoxo y me sorprendió que no hubiera bancos, con lo cual las misas tienen que oírse de pie. En el centro de la sala había un puestecillo donde la gente hacía cola para rezar.

Las letras de pueblo en Slavija.

El exterior de la Catedral de San Sava.

El interior de la Catedral de San Sava.

Junto a la Catedral de San Sava se encuentra la Biblioteca Nacional, que me hubiera gustado visitar pero era domingo y estaba cerrada, así que será en otra ocasión. De allí hicimos marcha a la Casa de las Flores (Kuća cveća), donde está enterrado Tito, y junto al cual se encuentra el Museo de Yugoslavia. Este museo consta de dos edificios: el mausoleo de Tito, donde se encuentran enterrados él y su mujer, Jovanka, y a cuyos lados se encuentran dos salas con exposiciones temporales, y otro edificio largo donde se encuentra la exposición permanente. Me fue inevitable comparar este museo con el de la RDA en Berlín que visité en 2016, y aunque son museos con exposiciones bastante diferentes, el museo de Yugoslavia no parodia la vida en la época socialista, como sí hace el de la RDA. Me hubiera gustado que fuera un poco más decidido en su defensa de aquel tiempo, pero al menos no lo trata como una atracción de feria.

Aquí, visitando al compañero Tito.

Después de eso nos volvimos al centro y almorzamos en un restaurante en Skadarlija, donde pedimos comida serbia, aunque esta vez no en plan comida rápida. El restaurante se llamaba Šešir moj (Mi sombrero) y quizá la comida fue demasiado copiosa, aunque es de destacar que fuimos a una hora un poco tardía para el almuerzo (sobre las 4 de la tarde) y aquello tenía unas cuantas mesas de serbios que llegaron a la vez que nosotros, es decir, que no éramos los turistas desubicados con los horarios.

Descansamos un poco en el hotel y, por la noche, Aleks y Đole nos sugirieron de dar una vuelta con ellos por el centro, nos enseñaron Kalemegdan de noche y nos pedimos un helado, un plan estupendo, aderezado con una interesante conversación sobre política serbia.

Sigue en la tercera parte.

2 comentarios:

APMB dijo...

Quina passada de catedral, pareix una rèplica xicoteta de Santa Sofia de Constantinoble.
Tant de bo poder volar en Dani Air.

Dani 🍋 Дани dijo...

Per desgràcia encara no he estat a Constantinoble, però m'agradaria anar-hi! La veritat és que Sant Sava és un lloc molt xulo, sense ser jo gens d'esglésies ni res.
Si jo tinguera una aerolínia, volaries debades.