domingo, 23 de noviembre de 2014

No habemos muchos

Mi apunte de hoy es lingüístico.

No somos pocos los andaluces que hemos crecido oyendo a nuestros padres y abuelos decir frases como en esta casa habemos mucha gente y luego, en el colegio, estudiando que esa construcción es errónea, anómala, blasfema y casi casi un pecado que hace llorar al niño Jesús.

¿Qué ocurre? ¿Es realmente incorrecto conjugar así el verbo haber? Y si es así, ¿por qué?

Veamos qué dice la normativa. Según la normativa tradicional, el verbo haber, usado como verbo pleno, es impersonal o unipersonal, no tiene sujeto y por lo tanto siempre se conjuga en tercera persona del singular. Hay, había, hubo, habrá, habría.

La Asociación de Academias de la Lengua Española (ASALE) publicó hace poco una gramática que, sin dejar de ser normativa, hace un papel descriptivo muy bueno y alejado de lo que siempre hemos esperado de la RAE. Veamos qué dice al respecto:

Al ser impersonal transitivo, haber no concuerda con su argumento, que desempeña la función de complemento directo. Aun así, los hablantes de amplias áreas del español, tanto europeo como americano, establecen la concordancia con el grupo nominal, lo que indica que ese argumento se interpreta como sujeto en esas variedades. Se recomienda la variante en singular en estas construcciones, por tanto la primera opción en {Había ~ Habían} suficientes pruebas para incriminarlos; {Hubo ~ Hubieron} dificultades añadidas; {Debe ~ Deben} de haber problemas. Se ha observado estadísticamente que la concordancia es menos frecuente con el pretérito perfecto simple (hubieron) que con los demás tiempos verbales. Las oraciones que presentan concordancia de persona con haber, como Habemos pocos o Habemos tímidos que temblamos de miedo ante el público, fuertemente estigmatizadas en el español europeo, resultan habituales en la lengua conversacional de algunos países de América (especialmente en las áreas centroamericana y andina), pero son menos aceptadas en otras zonas.

¿Qué ha pasado? Que para muchos hablantes haber necesita un sujeto y han reinterpretado su función sintáctica. Y como el verbo debe concordar con el sujeto, se crean esas innovadoras estructuras de primera persona del plural, donde se conjuga la función descriptiva con la identificativa, dado que el hablante describe un grupo en el que se incluye.

Analizándolo de ese modo, y teniendo en cuenta que el único motivo para condenar esa estructura es la tradición gramatical, me veo en la necesidad de reivindicarla. Si casi todo el mundo habla así, ¿qué motivo de peso tenemos para decir que está mal?

Admito que me ha sorprendido gratamente que la Academia no considere sencillamente incorrectos esos usos concordantes (si lo hiciera, aparecerían con un asterisco en el texto), sino simplemente poco recomendados. Nos topamos con el problema de que, como describen, los usos concordantes están fuertemente estigmatizados en el español europeo. Vamos, que si hablas como siempre hemos hablado, te van a decir que «hablas mal». Sin saber por qué, como siempre. Habrá que armarse de paciencia y conseguir que hayamos muchos de esta opinión.