viernes, 31 de octubre de 2008

¿Para esto te pagamos?

Empezaré por decir que normalmente, ante la pregunta de si quiero una república para España, siempre suelo responder que me da igual lo que haga España, porque lo que quiero es una república para Andalucía.

Eso sí, con los pies en la tierra, lo cierto es que soy ciudadano del Estado español y como tal le pago los impuestos, aunque no me guste.

Estos impuestos sirven para diversos fines. Algunos con los que estoy muy de acuerdo y por los que me parece inmoral la gente que hace fraude, como construir infraestructuras que todos disfrutamos (calles, escuelas, hospitales, ferrocarriles, carreteras). Otros de ellos me parecen lamentables, y uno de ellos es el sostenimiento económico de la Familia Real.

¿Por qué? Pues porque yo trabajo 40 horas a la semana para tener con qué comer y poder pagar mi habitación en un piso compartido, mientras que ellos no trabajan, de hecho no hacen nada (siendo capitalistas por un momento, ni siquiera contribuyen al crecimiento económico) y tienen un poder adquisitivo mucho mayor que el mío. ¿Envidia? Véanlo como quieran, yo no me considero envidioso, sino simplemente ávido de justicia e igualdad, que precisamente con estos personajes no hay.

Porque ni siquiera tienen nuestros derechos, la ley los protege especialmente (aunque no estoy seguro, apuesto lo que sea a que quemar una foto mía no es delito).

Y así enlazo con la motivación de escribir esto. Todos habréis oído las declaraciones de la reina consorte (recalquemos lo de consorte) en las que humilla al colectivo homosexual e intenta perpetuar patrones de discriminación que llevamos años intentando quitarnos de encima.

Ahora los más fachillas saltan con que tiene libertad de expresión como cualquier otra persona, que es su derecho de opinar así, etcétera. Pues precisamente en eso no estoy de acuerdo, no, no debería tener libertad de expresión. Como persona pública con tantos privilegios y derechos especiales, de la cual todos pagamos su estilo de vida, debería tener unos ciertos deberes. Entre ellos debería estar el no poner en entredicho ninguna decisión del parlamento democráticamente elegido. ¿A ti quién te eligió, Sofía? Si es vox populi el tipo de relación que tienes con tu marido.

Y ahora te lanzo otra pregunta. ¿Para esto te pagamos? A ver, piensa en la cantidad de dinero nuestro que estás malgastando para ahora despreciarnos de este modo. Un poco de miramiento, Sofía. Que, siendo ahora un poco xenófobos, te recuerdo que ni siquiera eres española. Y yo estoy totalmente a favor de la inmigración constructiva, pero los inmigrantes que roban no me gustan. Y tú eres inmigrante, no trabajas y además nos robas nuestros impuestos. Vergüenza te debería dar.

lunes, 27 de octubre de 2008

Miscelánea en lunes

Creo que la próxima vez que los Microsiervos critiquen el cambio de hora me desuscribiré de leerlos cada día, ya estoy harto.

Llevo tres meses en Sevilla y aún tengo que descubrir por qué los sevillanos llaman Pasarela al Prado, si allí no hay ninguna pasarela. Suficiente me ha costado averiguar dónde estaba la tan mentada pasarela.

Me quiero apuntar a un gimnasio, pero temo que no haya ninguno que me convenga.

La infructuosa búsqueda de trabajo nuevo me desespera.

Al menos el precio de la gasolina ha bajado.

lunes, 6 de octubre de 2008

Sobre ruedas, o no

Chicos, ayer me saqué el abono semanal de Sevici.

Para los que no lo sepáis, Sevici es un servicio del Ayuntamiento de Sevilla, en el cual pagas una determinada tasa, y a cambio puedes usar un servicio de bicicletas públicas. Estas bicicletas están ancladas en estaciones por toda la ciudad, y cuando te hace falta, pones tus datos de usuario y te llevas una. Cuando has terminado de usarla (tienen un máximo de 30 minutos de utilización) la anclas en otra estación, y listo. Muy cómodo.

Si no fuera por lo torpe que soy, claro... aprendí a montar en bici con 19 años y precisamente hacía 4 años que no montaba. Al menos sé mantener el equilibrio y recorrer distancias cortas en línea recta sin ningún problema, pero girar me da miedo y cruzarme con otros ciclistas también, porque el carril bici es muy estrecho y yo no controlo la dirección todavía. Necesito más fuerza en los brazos y mejorar mi equilibrio.

Además está el hecho de que aprendí a montar con una bici alemana y las de aquí son distintas, allí se frena echando los pedales en sentido contrario, mientras que aquí sólo puedes frenar desde el manillar y si esperas frenar haciendo lo de los pedales te la pegas. Parece una diferencia tonta, pero tiene su miga.

No sé si mejoraré, más que nada porque no sé si me atreveré de nuevo a ir en bici a algún sitio xDD pero qué frustrante, vamos.