domingo, 31 de diciembre de 2017

En 2017...

¡Aquí viene mi ya tradicional y esperadísimo resumen del año!

Bueno, solo lo espero yo, que soy quien lo escribe. Pero ignoremos ese detalle.

En 2017...
  • mi gran hito del año, lo tengo que poner primero, es que me hice motorista. Era una de las grandes ilusiones de mi vida. He estado con esto todo el año: al final del año pasado me apunté a la autoescuela y el pasado viernes 22 aprobé el último examen del permiso A2. De todos modos, desde mayo soy conductor de una 125. Todo esto lo relato en mi blog motero.
  • Relacionado con esto, y gracias a mis salidas con la moto, he conocido un montón de pueblos de por aquí alrededor. Pueblos como El Pedroso, El Garrobo o El Castillo de las Guardas solo me sonaban de nombre, pero no tenía ni idea de dónde se ubicaban. Ahora podría deciros cómo se llega a estos tres y a muchos otros por carretera.
  • En otros viajes, he conocido por fin Palma de Mallorca, Torremolinos y Girona.
  • He vuelto a Berlín, donde asistí por primera vez a Folsom Europe.
  • Visité Madrid en junio-julio para el World Pride. Fui con mi hermana y su amiga y lo pasamos genial. (El hecho de que tomara la decisión a última hora para perseguir a un tío que me gustaba, mejor lo ignoramos. xDD)
  • Otros sitios que he visitado pero ya conocía son Valencia, Barcelona y Sitges.
  • En Sitges fui por primera vez al Festival de Cine Fantástico y de Terror.
  • He desvirtualizado a Miquel, Aitor y Rafa, tres personas a las que tengo muchísimo cariño. A ellos tres y al resto del grupo de AVL Hunters les debo todo el apoyo que me dieron cuando peor me encontraba.
  • El otro hito importante del año es que mi amigo Dani me animó a apuntarme a la universidad para terminar mi carrera, y lo hice. Así que ahora soy alumno de la Universidad de Sevilla, para ver si algún día consigo tener mi título de ingeniero químico.
  • Respecto a la cuestión emocional, empecé el año con un golpe bastante duro, del que tardé meses en recuperarme. Luego tuvo dos réplicas en julio y en diciembre (sí, me ha pasado lo mismo tres putas veces en un solo año), pero las llevé algo mejor.
  • He conocido a gente que se ha convertido en imprescindible, como Pedro o Juanjo, y a gente fascinante pero que por desgracia vive lejos, como Cris o Dani.
  • En cuanto al trabajo, cumplí cinco años en la empresa, me postulé para un puesto que me iba como anillo al dedo y me descartaron por ser sindicalista. Sí, estas cosas ocurren.
  • Me saqué la tarjeta anual del Sevici y me aficioné a ir en bici. Antes de comprarme la moto, claro. Aún salgo con la bici a veces.
  • Probé a cambiar de gimnasio y fue un fracaso; volví al gimnasio anterior.
Este año me ha ido tan mal en general que dudo que 2018 sea peor, pero no quiero hablar muy fuerte. Esperemos que la cosa remonte desde aquí. Os deseo un muy buen año a todxs.

domingo, 24 de diciembre de 2017

El puente del Centenario

Llevo casi diez años viviendo en Sevilla, y nunca había subido a los Sagrados Corazones. Es un sitio emblemático y que todo sevillano conoce; yo quería ir pero hasta hoy no me ha dado por hacerlo. Si no lo conocéis os comento; los Sagrados Corazones es un cerro con una iglesia que está en San Juan de Aznalfarache. A mí la iglesia ya os podéis imaginar que no es lo que me interesa, sino las vistas; se ve Sevilla de una manera espectacular.

Quise hacer fotos, pero la luz no me acompañaba nada. Aquí os dejo una que he subido a Instagram.

En los Sagrados Corazones, esta tarde de nochebuena

Aparte de la bonita capa de contaminación que cubre Sevilla, se ve al fondo el puente del Centenario. Sevilla, surcada por la dársena del Guadalquivir, está cosida por nueve puentes (el Centenario, las Delicias, los Remedios, San Telmo, Triana, el Cachorro, la pasarela de la Cartuja, la Barqueta y el Alamillo) y de todos ellos este es mi favorito.

¿Por qué me gusta tanto este puente? Me podréis decir, y con toda la razón, que lo construyeron mal, porque se ha quedado pequeño, porque cuando introdujeron el carril reversible dejaron los demás tan estrechos que ahora hay que ir a 60... y tenéis toda la razón. Y si me recordáis que está siempre atascado, estaréis en lo correcto (aunque eso no es culpa del puente, pobrecillo).

La foto es de junio de 2015, por eso estoy tan cambiado. Y vale que el puente se ve poco, pero está ahí detrás, es el testigo mudo de todo lo que pasa en la ciudad


Me gusta por su estética, porque es grande, es majestuoso. Pero sobre todo, porque para un gaditano, el puente del Centenario es la puerta de entrada a Sevilla. Os contaré una historia.

Sábado 19 de julio de 2008. Dani es un chaval de 23 años, cañaílla, que ha dejado sus prácticas en el Puerto de Santa María porque le han hecho un contrato de verdad en una empresa de verdad, pero en Sevilla. Así que se ha hecho dos maletas, las ha metido en su Kia Picanto de segunda mano y se ha echado a la carretera, a hacer el camino más largo que había hecho hasta ahora (solo tiene cinco meses de carné de conducir).

Una hora y media después aparece él por el horizonte.
La foto es de Google.

Y él me anuncia que he llegado. Que he llegado a la gran ciudad, a mi nueva vida.

Recuerdo que esos días tenía mucha ilusión por el cambio, pero me daba miedo, me daba vértigo. Temía que las cosas salieran mal. Pero tenía que hacerlo, tenía que buscarme a mí mismo y crecer. Y eso fue lo que hice.

Una de mis películas favoritas fue siempre El bar Coyote. Una película muy criticada, por simplona, por superficial, o por lo que queráis. Me da igual. Me encantaba la historia de Violet Sanford, que decide abandonar South Amboy para irse a la gran ciudad a perseguir su sueño. Y lo pasa mal. Le pasa de todo. Pero acaba siendo ella misma y consiguiendo su sueño.

Yo no tenía un sueño determinado cuando me vine a Sevilla, pero me vine a ser yo mismo, y lo acabé siendo. Y así estoy.

Esta foto también es de Google. El puente visto desde la avenida de la Raza.
Pues este puente simboliza eso para mí. Simboliza a esta ciudad, mucho más que la Giralda, mucho más que la Torre del Oro. Para mí, Sevilla es el puente del Centenario. Y por eso me encanta.

lunes, 11 de diciembre de 2017

No sé mañana



De algo estoy segura: no sabes lo que sientes,
pero no quieres que me llegue al mar por si me pierdes entre la corriente.

De algo estoy segura: lo nuestro está en tus sueños.
Y tienes miedo a hacerlo realidad por si descubro que así no te quiero.

No siento ganas de luchar por ti, ya no me dejas a morir por dentro.
Te dejo la llamada de mi piel, mientras decides sí o no te dejo,
y no te miento, sé que siento
que hoy no es amor, no es ternura, no es odio ni amargura.