En serbio, tanto mes como luna se dicen mesec (месец). No es sorprendente porque entre las fases de la luna pasa aproximadamente un mes. Mesec viene del protoeslavo měsęcь, del protoindoeuropeo mḗh₁n̥s que significa lo mismo, mes y luna. Esto pasa igual en otras lenguas indoeuropeas como el persa (mah) o el lituano (mėnuo).
En las lenguas germánicas, tanto mes como luna se denominan con palabras diferentes, pero ambas han derivado de la misma palabra indoeuropea, de ahí el inglés moon/month o el alemán Mond/Monat.
¿De dónde viene entonces la palabra luna, que ya en latín se decía luna? Del protoindoeuropeo lówksneh₂ que deriva de la raíz lewk-, brillar. Es decir, que los itálicos dejaron de denominar a la luna por su cualidad mensual para empezar a llamarla por su brillo. De esta raíz también viene la palabra lucir, así que, básicamente, la Luna es la que luce.
Esta raíz no solo la tomaron los itálicos; a partir del mismo origen, los armenios llaman a la luna lusin. Otros pueblos indoeuropeos también empezaron a denominar a la luna por su brillo aunque con otras palabras: hoy se dice en albanés hënë y en hindi cad (relacionadas con el castellano candor), en irlandés gealach.
El rumano, por otro lado, ha tomado el camino largo para acabar denominando con la palabra lună tanto a la luna como al mes. La palabra latina luna también se ha introducido en otras lenguas eslavas, que a diferencia del serbio, ahora hacen la diferenciación entre mes y luna (búlgaro месец/луна, ruso месяц/луна)
Quizá el caso más curioso sea el polaco, que denomina a la luna księżyc. Esta palabra viene del protoeslavo kъnęžiťь, que significa hijo de un príncipe.
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