jueves, 4 de diciembre de 2025

Triste día como eurofán

Si me conocéis, sabéis que soy eurofán. He sido eurofán desde chico. Con 10 años, en 1995, seguí por primera vez el festival. Me encantaron el espectáculo, las canciones, los votos, todo.

Cada año me emocionaba cuando llegaba mayo, porque sabía que iba a descubrir veinte o más canciones, nuevas de las cuales algunas me gustarían mucho. Cuando tuve internet, mi pasión creció, porque podía descubrir las canciones antes del festival y comunicarme con otros eurofans. En internet construimos una comunidad.

Eurovisión se convirtió en mi afición principal hace treinta años. Escucho canciones eurovisivas durante todo el año, no solo antes del festival. Algunas de mis canciones favoritas las conocí en este concurso. Y no puedo olvidar que este festival es el que me abrió la puerta a nuevos idiomas, especialmente al serbocroata.

Por este motivo, para mí hoy es un día triste. No estoy contento con todo lo que ha estado ocurriendo últimamente acerca de Eurovisión, en absoluto. Creo que es una vergüenza mayúscula que Israel haya participado estos dos últimos años, mientras asesinaba a miles de palestinos. Hoy se ha celebrado una votación en la UER para decidir si Israel puede seguir participando. Resulta que a la mayoría de las radiotelevisiones ya les está bien que Israel participe mientras continúa su genocidio en Gaza.

Al menos estoy contento de que las televisiones de España, Eslovenia, Países Bajos e Irlanda hayan decidido retirarse. Es la única decisión acertada y la apoyo.

A las dos últimas ediciones apenas les hice caso, pero el próximo festival no voy a seguirlo. No tengo ni ganas ni la capacidad moral para hacerlo.

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