Mi resumen del año. En 2024...
- En el plano laboral no ha habido cambios. Pero empiezo a estar cansado de sentirme un marginado dentro de la empresa. Aunque no voy al trabajo a hacer amigos, uno agradece una cordialidad, conocer a los compañeros y poder hablar con ellos de vez en cuando.
- En el plano sentimental tampoco ha habido cambios. Sigo en mi relación con Pau, seguimos viviendo juntos, y la cosa va bien.
- En el plano académico, he seguido estudiando serbio por mi cuenta. Mi ambición de presentarme a un examen oficial me ha llevado a inscribirme a una convocatoria, que se celebrará próximamente. Ya os contaré el resultado.
- Me he apuntado a un curso de euskera por la UNED, pero he estado tan ocupado con el examen de serbio que apenas he pasado de la segunda lección. Tendré que acelerar para ponerme al día.
- En cuanto a amistades, he visto poco a mis amigos, demasiado poco. Quedo regularmente con Antonio y Carles, y con Dani y el resto del grupo kink de Barcelona (de hecho, el domingo cené con Cris y Bernat). Por lo demás, en marzo vi a Eloy, a Vicent y a Àlvar en Lleida, y a Cristòfol dos veces, en agosto y en diciembre.
- Viajes no ha habido muchos, pero estuvimos en Cádiz en febrero (para carnavales) y en julio, en que por fin pude volver a la playa. Además, en junio fuimos a Andorra, en agosto a Tossa de Mar y a Bilbao, y en noviembre a l'Alt Urgell. Ha sido un año de moverse mucho, pero no de ir lejos ni de explorar lugares nuevos.
- No puedo dejar de lado mi accidente de coche en febrero. Un choque en cadena, de cuatro coches (yo fui el segundo), en el cual perdí mi Seat Ibiza, que me acompañaba desde 2012. Aunque salimos sin ninguna lesión física, perdí mi coche y le cogí algo de miedo a la carretera. Sigo teniendo mi moto, pero solo la uso para ir a trabajar, lo cual no me ayuda.
- Físicamente, noto el paso del tiempo de manera inexorable y estoy un poco desesperado con mi cuerpo. Voy al gimnasio cinco veces por semana, como muy pocos dulces y la mayor parte de mi dieta son verduras, pero parece que jamás volveré a perder el peso que he ganado. Igualmente, la piedra de mi vesícula sigue creciendo, supongo; a veces duele, pero no me ha dado fiebre y por eso no he ido al hospital. Espero deshacerme de ella en el año próximo.
- Me he vuelto a cambiar de gimnasio, ahora a finales de noviembre. Como siempre, el gimnasio en el que estaba había entrado en una espiral de no mantenimiento y había subido los precios, así que había que decir adiós.
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