domingo, 29 de septiembre de 2019

Se nada der certo, continue fazendo nada

La libertad de saber que no te lee nadie, incluso menos gente que en la candado de Twitter.

Es domingo por la tarde. Bueno, son las 14.28, que para los alemanes ya es por la tarde, porque la hora de comer ya fue hace unas dos horas. ¿Y qué estoy haciendo? Estoy en el gimnasio.

La vista desde la bici en la que estoy. Llueve. Como todos los días en Hamburgo.

No sería nada extraño si no fuera por el motivo por el que me he venido. Y es que he decidido venirme porque tenía tal ansiedad que he abierto dos veces el frigorífico buscando comida.

Claro, "busca algo que hacer, lee, estudia, ve series". No sirve de nada si no te puedes concentrar, porque a los dos minutos de haber empezado lo quito buscando alguna otra estimulación. Y las mías son de las que te hacen sentir mal después de acabar como, por ejemplo, comer. Así que al menos en el gimnasio no puedo hacer ninguna de ellas y además me ejercito, aunque me aburra como una ostra.

Pero es que claro, mi salud mental es este meme.

This is fine.

Me obligo a pensar que todo está bien y que todo podría ser peor. Y es que es verdad, mis problemas son una gilipollez comparados con los problemas de la gente.

Estoy en Hamburgo. No me gusta vivir aquí, pero sé que se acabará dentro de tres meses. A lo tonto ya llevo aquí mes y medio.

Pero es que cuando vuelva, lo que me espera es peor. Un trabajo donde el ambiente ya estaba mal antes de venirme y donde estará peor cuando vuelva.

No puedo buscar otro trabajo porque sin estar titulado no me consideran en ningún sitio.

Pero no me puedo titular hasta que no acabe lo que me queda de la carrera.

Y no puedo dedicarme a estudiar si no trabajo, porque necesito comer. Y si dejo el trabajo, no tengo prestación por desempleo. Pero en mi empresa ya han insinuado que no van a despedirme, que si me quiero ir, debo firmar la baja voluntaria.

Todo esto sin considerar el pequeño detalle de que no creo que haya ningún trabajo para el que realmente sirva.

Desde el punto de vista social, aquí en Hamburgo estoy completamente solo. Y no me gusta. Pero tampoco quiero ver a nadie, porque me provoca una tensión que no me apetece soportar. Me vienen a la mente pensamientos que intento evitar. Siento que mis amigos y familia se limitan a tolerarme, pero que realmente soy poco más que una carga. Luego, racionalmente, pienso que no es así y que no tengo motivos para pensarlo. Pero así lo siento y esto me hace comportarme de una manera aún más rara. Hola, círculo vicioso. He vuelto a mis 14 años.

Y del emocional, ¿qué os voy a contar? Me siento atado de pies y manos. ¿Por qué, Dani? Deja ya de ser un drama. Pues mira, porque estoy convencido de que no voy a conocer a nadie que me entienda o a quien le interese. Sé que está todo relacionado con lo del párrafo anterior. Pero tampoco sé cómo llegar a conocer a nadie a quien le pueda interesar. Además de que a mí me gusta poca gente para más de un rato.

Y esto me lleva a una espiral destructiva, a querer aprovechar el tiempo que estoy aquí pero no tener ganas de hacer nada. A querer aprovechar las tardes después del trabajo pero llegar a casa tan cansado y desganado que lo que hago es comer dulces y sentirme mal. 

Así que me fuerzo a decir This is fine mientras todo arde, porque si hubiera visto alguna salida ya la habría cogido.

Y por eso estoy aquí en el gimnasio ahora.

Si nada sale bien, continúa haciendo nada, porque salió bien

1 comentario:

Alfonso Saborido dijo...

Te leemos... Y está bien desahogarse de vez en cuando. Ánimo hombre.