Y como vino, se fue.
El temido momento llegó. Se acabó y gracias por venir.
Al menos no se me podrá reprochar que no hiciera todo lo que estaba en mi mano. Pero no ha sido suficiente. Al fin y al cabo, no siempre se puede ganar.
Siempre me quedará el recuerdo de cuatro días muy grandes con una persona encantadora.
Habrá que mirar adelante. Aunque va a costar.
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