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martes, 26 de mayo de 2020

Hace un año

Querido Dani de mayo de 2019:

Estás ahogado entre exámenes ahora pero no te imaginas lo que te viene por delante. 

Sigue estudiando, vas a hacer un junio del carajo. Una matrícula de honor y dos sobresalientes. Pero Mecánica de fluidos te va a quedar para el año que viene. No te agobies que ya saldrá.

Tu jefe se va a cargar tu departamento como represalia a que los compañeros os llevéis bien y estéis unidos. Os van a poner un responsable en lugar del que tienes ahora que va a ser muy gilipollas y con el cual te vas a pelear varias veces.

Pero no pasa nada, en julio te van a pedir por favor que te vayas de misión a Bremen y allí te van a pedir que te quedes en Hamburgo hasta final de año. Aprenderás mucho en el trabajo, pero lo vas a pasar fatal fuera de él y vas a estar deseando volver. Y además vas a perder el primer cuatrimestre porque no vas a estudiar nada. Ya te conoces.

Ahora mismo estás hecho mierda sentimentalmente, pero acabarás saliendo. Vas a ir a ver a una terapeuta que te ayudará a hacer las paces contigo mismo. Y verás que el destrozo que te hizo el gilipollas de tu ex no será para tanto.

De todos modos va a venir una pandemia global que te va a obligar a quedarte en casa. Bueno, a ti y a todos. Y por eso te van a mandar al paro temporalmente. Al principio vas a hundirte pero luego lo llevarás bien, sobre todo porque vas a poder estudiar y porque no ir al trabajo te da la vida.
 
Y sobre todo, no te preocupes porque siempre hay salida. Siempre podrás salir adelante.

domingo, 17 de mayo de 2020

Por qué odio los grados sexagesimales

Es hora de decirlo públicamente, odio los grados sexagesimales.

A todos os encantan los grados sexagesimales. Lo decís todo en grados, ponéis la calculadora en grados. Pero solo es así porque habéis crecido con ellos. Os pensáis que es natural que un ángulo recto tenga 90 grados o un ángulo llano tenga 180.

Pero es tan natural como pensar que el agua se congela a 32 grados Fahrenheit o que una pechuga de pollo pesa media libra. Es decir, nada en absoluto.

Todos los sistemas de unidades son arbitrarios, cierto. ¿Por qué medimos nuestra estatura en metros y no en palmos o en pies, por ejemplo? Porque lo hemos convenido así.

Y así hemos convenido que una circunferencia mide 360 grados sexagesimales. Que tienen una historia muy chula que se remonta a Mesopotamia, pero ahí se queda, porque no sirve para nada más. Los grados sexagesimales son caprichosos como ellos solos.

Sin embargo, hace tres siglos ya definimos una unidad angular que surge de su propia naturaleza, que nace en la circunferencia y que no necesita números caprichosos para definirla. Es el radián.

El radián es el resultado de medir un ángulo por la relación entre su arco y su radio. Un radián es aquel ángulo que hace que el arco que comprende sea igual de largo que el radio de la circunferencia del que surge dicho arco. Fue descrito por Roger Cotes en 1714.

¿Cuánto mide la longitud de una circunferencia? 2π por su radio. Precisamente 2π radianes es el ángulo de una circunferencia completa. π es un ángulo llano, π/2 uno recto. Por lo tanto, un arco siempre va a ser el producto del ángulo (en radianes) y su radio.

Por esto, la unidad de ángulo en el Sistema Internacional de unidades es el radián. No el grado sexagesimal ni ninguna otra. Pero por algún motivo, y no conozco otro que no sea la resistencia al cambio, en la educación no termina de cuajar hacer los cálculos con radianes. Te acaban enseñando lo que es un radián, pero luego no lo usas nunca. Es esa unidad que estorba y no queremos entender.

Yo por tanto reivindico el radián como la mejor unidad de medida de ángulos.


miércoles, 13 de mayo de 2020

Sueños

Esta noche he soñado que estaba trabajando en Hamburgo de nuevo y que una de mis compañeras era Barei (la que fue a Eurovisión por España en 2016). Obviamente pasaban más cosas en el sueño, pero son las 11 de la mañana y me suelo despertar sobre las 7 así que no puedo recordar mucho más. Sé que recogíamos firmas para algo.

Hace poco un amigo me pasó un artículo explicando por qué estamos soñando más durante la cuarentena. Resulta que estamos más estresados o más presionados, o algo así. Yo me noto más estresado y más presionado, pero tampoco tengo sueños de estos para recordar.

Que supongo que nos pasará a todos, pero tengo varios temas recurrentes en sueños. Peleas con mi familia, sobre todo con mi madre, y escenas varias que se desarrollan en el trabajo.

(Este texto se quedó inconcluso, lo encontré en borradores en marzo de 2023 y decidí publicarlo)