Si en algo son expertos en mi trabajo, es en cambiarme el turno inesperadamente. Justamente después de la noche que describí aquí mismo, me llamaron al día siguiente para decirme que volvía a la mañana. Vuelvo a ser una Teresa Campos de la vida. Salvo con más glamour, claro, como una Barbie Fashionista cualquiera.
Y no quiero hablar muy rápido, que es mi especialidad, pero hacía semanas que no me sentía tan bien como me he sentido hoy. Que dure, que dure.
A destacar negativamente: los gays buscando carnaza en el baño de la estación de Plaza de Armas. Por favor, buscaos otro sitio, que el que necesita mear no puede concentrarse si le miráis el rabo.
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