Predecibilidad

Desde hace tiempo, y especialmente desde que tuve un par de malas experiencias, vengo nombrando como una de mis virtudes la transparencia. Quiera o no, soy transparente, se me ve venir, se sabe fácilmente cuándo algo me parece bien o mal, cuándo alguien me gusta o no.

Lo que no me gusta tanto es cuando esa transparencia es tal que se convierte en predecibilidad. Y es que, en los últimos días, tres personas sin relación entre sí me han respondido a algo usando frases que diría yo. Y lo peor es que aciertan, oye.

Es una estupidez, porque seguramente ser predecible no sea malo, y siempre he sabido que lo soy, pero bueno, me incomoda un poco cuando me lo hacen notar. xDD

Sinviviendo

Bueno, el miércoles por la tarde volví a mi querida Andalucía, después de haber disfrutado durante seis días de ese maravilloso lugar que es Tenerife. O a lo mejor es que me pareció maravilloso por las circunstancias, pero sea como fuere me he llevado un recuerdo muy agradable de esos seis días. Y alguna que otra foto para refrescar ese recuerdo.

Lo cual da paso a la parte baja de las vacaciones; ahora estoy de nuevo en la Isla sin nada que hacer. Básicamente, lo que siempre fue mi vida antes de irme a Sevilla, pero que la falta de costumbre hace parecer peor xDDD Y como si no estoy preocupado no soy feliz, me paso el día pensando en lo pronto que tendré que volver a ese trabajo que tanto me gusta (nótese la ironía, por supuesto) y en cómo se me va el tiempo. Rayadas propias, claro.

Pero al fin y al cabo, un amigo de la Facultad me enseñó que hay cualidades que a veces conviene ejercitar, que son la abnegación y la resignación. Porque sé que el cambio a mejor está a la vuelta de la esquina.

Desde las Afortunadas

Como sabéis, llevo en Tenerife desde el jueves y esta tierra no para de sorprenderme. Me encanta la comida y la gasolina es baratísima, jajaja. Ayer subimos al Teide y desde luego es sobrecogedor.

Y por supuesto, a otros niveles está resultando un sueño.

El miércoles vuelvo y os enseño fotos.

PD: Ayer, mientras miraba las estrellas, pedí un deseo a Júpiter. Procuraremos tenerlo contento para que nos ayude.

Porque...

Porque eres el más tierno.
Porque puedes con todo.
Por todo lo que me haces aprender y descubrir.
Porque me pasaría el día abrazado a ti.
Porque me ayudas a ser mejor cada día.

Porque verte sonreír me hace feliz.

Por esto y por mil razones más, te quiero.

Tranquilidad

Cuando tienes algo que te amenaza de forma inminente y finalmente logras librarte de esa amenaza, las cosas se vuelven raras. No son como eran antes, porque ya no eres el que eras. Has aprendido de la experiencia y tienes que acostumbrarte a ver las cosas de otro modo.

Y esperar a que todo se calme.

Por lo pronto, me quedan dos días y medio antes de las vacaciones y ocho días para irme a Tenerife con mi niño. No veo la hora de que llegue el viernes a las 14.

Reflexiones de antes de dormir

Si el precio a pagar por estar contigo es echarte tanto de menos, lo pagaría mil veces más para estar mil días más contigo.

Lo siento por mi escasa audiencia, pero es que los días que estoy pasteloso no puedo escribir nada que no sea pasteloso.

Y por cierto, un suspenso al AireSur de Castilleja de la Cuesta (¿a quién se le ocurre un centro comercial sin locales de restauración?) y un sobresaliente al Megaocio de Bormujos.

Redescubriendo

Por muy bien que creas conocer algún lugar, visitarlo con alguien que no lo conoce siempre te aporta nuevas perspectivas, nuevos puntos de vista, y en definitiva, nuevas experiencias.

En este trepidante fin de semana he redescubierto mi ciudad, San Fernando.