jueves, 29 de julio de 2021

Admitido... y renunciado

Cariños, mi último drama viene porque soy un poco quieroynopuedo. Aunque ya me conocéis y me queréis así.

Y es que en cuanto terminé el grado, eché la preinscripción para hacer un máster. Aunque mi primera idea es ponerme a trabajar, si no me saliera trabajo no quiero estar ocioso, así que me preinscribí. Aquí en Andalucía se gestiona mediante el Distrito Único Andaluz (cuya adjudicación debe salir durante el día de hoy): una preinscripción única para todas las universidades públicas andaluzas.

También se me ocurrió echar la preinscripción para un máster que me parecía interesante en la Universitat Politècnica de València (UPV). Ya había visto el precio, que era más caro, pero la idea de vivir y estudiar en València me parecía atractiva. Igualmente, no me tenía que preocupar mucho porque no entregué carta de motivación y mi carrera no era preferente para el acceso, así que probablemente no me admitirían.

Un carajo pa mí. El lunes me enviaron un mail diciendo que estaba admitido, y que tenía que formalizar la matrícula entre el martes a las 13:00 y la noche del miércoles.

Ahí comienza la rallada. No tengo tiempo para pensarlo. ¿Debo inscribirme y largarme a estudiar a València, o dejar pasar la oportunidad de irme a un lugar donde me apetece estar?

Así que después de pensarlo durante la noche y toda la mañana del martes, decidí dejarlo pasar. El máster en València es más caro, tendría que organizar una mudanza, buscar piso, y a fin de cuentas irme a vivir allí sin perspectiva de ingresos. Estaría igual que aquí pero gastando más dinero. Y el único punto a favor es la ilusión que me haría irme.

Ha sido una de esas decisiones que duelen. Pero creo que ha sido lo más razonable.

Seguiré intentando irme, pero me iré con algún trabajo ya conseguido, con las cosas bien hechas.

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