miércoles, 12 de agosto de 2009

Tranquilidad

Cuando tienes algo que te amenaza de forma inminente y finalmente logras librarte de esa amenaza, las cosas se vuelven raras. No son como eran antes, porque ya no eres el que eras. Has aprendido de la experiencia y tienes que acostumbrarte a ver las cosas de otro modo.

Y esperar a que todo se calme.

Por lo pronto, me quedan dos días y medio antes de las vacaciones y ocho días para irme a Tenerife con mi niño. No veo la hora de que llegue el viernes a las 14.

1 comentario:

Alfonso Saborido dijo...

Yo como lo he pasado tan mal en estos dos últimos años, he aprendido que hay que vivir el presente, mañana ya se verá.
Tú a disfrutar con tu niño en vacaciones y todas las interferencias, sobran :)